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Explorar los retos de vivir con esclerosis múltiple

Explorar los retos de vivir con esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica crónica que puede afectar al sistema nervioso central. Puede causar diversos síntomas y signos, de leves a graves, e incluso provocar una discapacidad permanente. Aunque no existe cura conocida para la EM, los tratamientos pueden ayudar a controlar los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad. En este artículo se analizan los signos y síntomas, las causas, los factores de riesgo, el diagnóstico, el tratamiento, la superación de la enfermedad, el apoyo y las complicaciones de vivir con EM.



Signos y síntomas

Los signos y síntomas de la EM son muy variados y pueden ir de leves a graves. Los síntomas más comunes son fatiga, espasticidad muscular, dolor, alteraciones sensoriales, problemas de visión y problemas de vejiga e intestinos. Otros síntomas son entumecimiento, hormigueo, pérdida de coordinación, dificultad para caminar y problemas cognitivos.

Causas

Aún no se conoce la causa exacta de la EM, pero los investigadores creen que se trata de un trastorno autoinmune, lo que significa que el sistema inmunitario del organismo ataca por error a las células sanas del sistema nervioso central. Esto provoca inflamación y daños en la vaina de mielina, que es una capa protectora que rodea las células nerviosas.

Factores de riesgo

Aunque se desconoce la causa exacta de la EM, algunos factores pueden aumentar el riesgo de que una persona desarrolle la enfermedad. Entre ellos se incluyen la edad, el sexo, los antecedentes familiares y la ubicación geográfica. La EM es más frecuente en mujeres que en hombres, y es más probable que aparezca en personas de entre 20 y 40 años. Las personas que tienen familiares con EM también tienen un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad. Por último, las personas que viven en determinadas zonas geográficas, como el norte de Europa, tienen más probabilidades de desarrollar EM que las que viven en otras zonas.

Prevención

Dado que se desconoce la causa exacta de la EM, actualmente no hay forma de prevenirla. Sin embargo, algunos investigadores creen que ciertos factores relacionados con el estilo de vida pueden influir en el desarrollo de la EM. Entre ellos se incluyen evitar fumar, hacer ejercicio con regularidad, mantener un peso saludable y seguir una dieta sana.

Diagnóstico

La EM suele ser difícil de diagnosticar porque sus síntomas pueden variar mucho e imitar los de otras enfermedades. Para diagnosticar la EM, los médicos suelen realizar un examen físico y hacer preguntas sobre el historial médico del paciente. También pueden solicitar pruebas como una resonancia magnética, una punción lumbar o una prueba de potenciales evocados.

Tratamiento

Actualmente no existe cura para la EM, pero hay tratamientos disponibles para ayudar a controlar los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad. Estos tratamientos incluyen medicamentos como corticosteroides, inmunomoduladores y terapias modificadoras de la enfermedad. Otros tratamientos son la fisioterapia, la terapia ocupacional y los cambios en el estilo de vida, como el ejercicio y la reducción del estrés.

Afrontamiento y apoyo

Vivir con EM puede suponer un reto y es importante obtener el apoyo necesario. Hablar con la familia y los amigos, unirse a un grupo de apoyo y buscar asesoramiento pueden ayudar a hacer más fácil el camino. También es importante cuidarse siguiendo una dieta sana, haciendo ejercicio con regularidad y descansando lo suficiente.

Complicaciones

Vivir con EM puede conllevar una serie de complicaciones. Entre ellas están el aumento de la fatiga, la depresión, el dolor, los problemas cognitivos, los problemas de visión y los problemas de vejiga e intestino. Algunas personas también pueden tener dificultades para caminar, problemas de coordinación y mayor sensibilidad al calor.

Vivir con esclerosis múltiple

Vivir con EM puede ser difícil, pero hay formas de hacerlo más fácil. Mantenerse informado sobre la enfermedad, buscar apoyo y hacer cambios en el estilo de vida pueden ayudar a que la vida con EM sea más llevadera. Además, trabajar con su médico para encontrar el plan de tratamiento adecuado puede ayudar a reducir los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad.