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Ictus: Reconocer los signos de alarma

Ictus: Reconocer los signos de alarma

Un ictus es una emergencia médica que se produce cuando un vaso sanguíneo del cerebro se obstruye o se rompe. Sin suministro de oxígeno y nutrientes, las células cerebrales de la zona afectada pueden morir en cuestión de minutos. El ictus es una de las principales causas de discapacidad y puede ser mortal. Conocer las señales de advertencia y reaccionar con rapidez puede ayudar a salvar vidas y minimizar los efectos a largo plazo.



Signos y síntomas

Los signos y síntomas de un ictus pueden variar en función de la parte del cerebro afectada.

Los signos de advertencia más comunes de un ictus son

  • Entumecimiento, debilidad o parálisis repentinos en la cara, el brazo o la pierna, especialmente en un lado del cuerpo.

  • Confusión repentina, dificultad para hablar o para entender.

  • Dificultad repentina para ver con uno o ambos ojos.

  • Dificultad repentina para caminar, mareos, pérdida del equilibrio o falta de coordinación.

  • Dolor de cabeza intenso y repentino sin causa conocida

Causas

Un ictus puede estar causado por la obstrucción de una arteria o la rotura de un vaso sanguíneo. El tipo más común de ictus es el isquémico, causado por la obstrucción de un vaso sanguíneo del cerebro. Otras causas de ictus son el ictus hemorrágico, causado por la rotura de un vaso sanguíneo del cerebro, y el accidente isquémico transitorio (AIT), que es una obstrucción temporal de un vaso sanguíneo del cerebro.

Factores de riesgo

Ciertos factores de riesgo pueden aumentar el riesgo de sufrir un ictus. Entre ellos están la edad, la hipertensión, la diabetes, el tabaquismo, el colesterol alto y los antecedentes familiares de ictus. Otros factores de riesgo son la obesidad, la inactividad física, el consumo excesivo de alcohol y determinadas afecciones médicas, como la fibrilación auricular o la arteriopatía carotídea.

Prevención

Los cambios en el estilo de vida pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir un ictus. Por ejemplo, seguir una dieta sana, hacer ejercicio con regularidad, no fumar y limitar el consumo de alcohol. También es importante controlar los factores de riesgo, como la hipertensión y la diabetes.

Diagnóstico

Un médico puede diagnosticar un ictus realizando un examen físico y preguntando por el historial médico de la persona. El médico también puede solicitar pruebas, como una tomografía computarizada, una resonancia magnética o una ecografía, para obtener una mejor visión del cerebro.

Tratamiento

El tratamiento del ictus depende del tipo y la gravedad del mismo. El ictus isquémico se trata con medicamentos para disolver el coágulo o con una intervención para abrir la arteria obstruida. El ictus hemorrágico se trata con medicamentos para controlar la hemorragia, cirugía para reparar el vaso sanguíneo dañado o un procedimiento para reducir la presión en el cerebro.

Superación y apoyo

Recuperarse de un ictus puede ser un proceso largo y difícil. Es importante mantenerse positivo y en contacto con la familia y los amigos. Unirse a un grupo de apoyo también puede ser útil.

Complicaciones

Recuperarse de un ictus puede ser un proceso largo y difícil. Las complicaciones pueden incluir dificultad para hablar, dificultad para tragar, parálisis, debilidad muscular y problemas de memoria.

Vivir con un ictus

Aunque un ictus puede ser devastador, muchas personas pueden recuperarse total o parcialmente con el tratamiento y el apoyo adecuados. Es importante seguir las instrucciones del médico y mantener unos hábitos de vida saludables. Con los cuidados adecuados, muchas personas pueden llevar una vida plena y activa después de un ictus.

 

Un ictus es una urgencia médica grave que puede causar daños duraderos. Conocer los signos de alarma y reaccionar con rapidez puede ayudar a salvar vidas y minimizar los efectos a largo plazo. Es importante realizar cambios en el estilo de vida para reducir el riesgo de sufrir un ictus y buscar tratamiento médico si se sospecha que se ha producido. Con la atención y el apoyo adecuados, muchas personas pueden recuperarse total o parcialmente.