La enfermedad de Alzheimer es un trastorno degenerativo progresivo que afecta al cerebro y provoca alteraciones de la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Es la forma más común de demencia y se calcula que afecta hasta al 5% de las personas mayores de 65 años. Los síntomas del Alzheimer incluyen confusión, alteraciones del juicio, dificultades con el lenguaje, desorientación, cambios de personalidad, agitación y dificultades con actividades cotidianas como vestirse y comer.

 

El diagnóstico del Alzheimer suele implicar un examen neurológico y psicológico exhaustivo. También pueden utilizarse una serie de pruebas, como análisis de sangre, escáneres cerebrales y pruebas de memoria, para diagnosticar la enfermedad.

 

El tratamiento del Alzheimer puede consistir en una combinación de medicamentos, modificaciones del estilo de vida y otras intervenciones destinadas a mejorar la calidad de vida del paciente. Los medicamentos pueden utilizarse para reducir los síntomas del Alzheimer, mientras que las modificaciones del estilo de vida pueden incluir actividades como el ejercicio y la socialización para ayudar a mantener la función cognitiva. Otras intervenciones, como la logopedia y la terapia ocupacional, también pueden ayudar a mejorar el funcionamiento del paciente.